Equipo Revista Mirada FEN

“Quienes logran gestionar la volatilidad estratégicamente no solo mitigan riesgos, sino que la convierten en una ventaja competitiva”

Jorge del Valle, director de Estrategias Activas para América Latina en BlackRock y alumni FEN, analiza cómo las grandes transformaciones globales están redefiniendo la inversión. Destaca el papel de la adaptabilidad, la integración de mercados públicos y privados, y la necesidad de repensar los portafolios tradicionales para enfrentar un entorno más volátil e incierto.

septiembre, octubre 2025

  • Compartir en:

  • Jorge del Valle, alumni FEN, es director de Estrategias Activas para América Latina de BlackRock, la reconocida gestora de activos y una de las principales proveedoras mundiales de soluciones de inversión, asesoramiento y gestión de riesgos.
    “Desde que egresé de la FEN, tenía un objetivo claro: llegar a Nueva York. Había una conexión personal con esa ciudad y quería vivirla en primera persona. Por eso, enfoqué mi búsqueda laboral en organizaciones con presencia allí”, cuenta. 
    En 2011 comenzó en la oficina de BlackRock en Santiago, sin garantías de que ese objetivo se concretaría. Antes de lograrlo, pasó por Bogotá, donde tuvo la oportunidad de contribuir a la apertura de la oficina en Colombia. “En 2013 se dio la oportunidad de mudarme a Nueva York, una experiencia transformadora. Luego vinieron dos años en Ciudad de México, y desde 2018 estoy nuevamente en Nueva York. A lo largo de este recorrido he asumido distintos roles, cada uno con sus propios desafíos y aprendizajes. No ha sido un camino lineal ni siempre fácil, pero sí profundamente formativo. Cada etapa me ha preparado para el rol que desempeño hoy y para los retos que vienen”.

    “Los modelos tradicionales de asignación de activos, basados en estabilidad y previsibilidad, están siendo desafiados por un contexto global más dinámico. En este escenario, las estrategias activas adquieren protagonismo”.


    Desde su posición en la firma, Del Valle analiza en esta entrevista los desafíos y oportunidades de inversión en un contexto global marcado por conflictos, inflación y cambios tecnológicos, exponiendo la necesidad de democratizar el acceso a inversiones en mercados emergentes. Asimismo, comenta cómo los inversionistas pueden protegerse ante la volatilidad.


    -¿Cómo está BlackRock adaptando su estrategia de inversión ante las mega fuerzas que están transformando la economía global, como la inteligencia artificial y la fragmentación geopolítica?
    -El mundo está atravesando una transformación profunda, impulsada por mega fuerzas: grandes tendencias globales como la inteligencia artificial, la transición energética, la fragmentación geopolítica y la evolución de las finanzas. Estas fuerzas orientan nuestras estrategias de inversión, guiando la asignación de capital y el diseño de portafolios.
    En el caso de la inteligencia artificial, vemos que se está generando una nueva ola de inversión, especialmente en infraestructura digital, centros de datos y energía. A su vez, la fragmentación geopolítica está transformando las cadenas de suministro y los flujos de capital, impulsada por políticas industriales y prioridades de seguridad energética. Estas dinámicas están cada vez más conectadas y requieren un seguimiento constante entre clases de activos.
    Como respuesta, estamos integrando de forma más estratégica los mercados públicos y privados, que hoy se complementan en la financiación de proyectos en infraestructura, energía y tecnología. Esta visión integrada nos permite detectar oportunidades emergentes y construir portafolios más resilientes en un entorno global en transformación.
     
    -¿Cómo deberían adaptarse las estrategias de inversión en un contexto de alta volatilidad e incertidumbre económica y política?
    -En un entorno marcado por alta incertidumbre económica y política, la volatilidad se ha convertido en una constante. Aunque suele percibirse como un riesgo, también representa dispersión, lo que abre oportunidades para generar retornos diferenciados.
    Los modelos tradicionales de asignación de activos, basados en estabilidad y previsibilidad, están siendo desafiados por un contexto global más dinámico. En este escenario, las estrategias activas adquieren protagonismo: permiten navegar la incertidumbre, capturar oportunidades y optimizar el rendimiento.
    La clave está en la adaptabilidad. Quienes logran gestionar la volatilidad estratégicamente no solo mitigan riesgos, sino que la convierten en una ventaja competitiva. Por ello, integrar una visión flexible y activa se vuelve esencial para identificar los sectores y activos con mayor potencial en tiempos de transformación.


     
    -BlackRock ha mencionado la importancia de “financiar el futuro” con inversiones en infraestructura y tecnologías limpias. ¿Cómo ve el rol de los mercados privados y públicos en este financiamiento?
    -Aunque los mercados públicos han sido clave para financiar sectores estratégicos como infraestructura y tecnologías limpias, el alcance y la urgencia de los desafíos actuales exigen una participación más activa del capital privado. 
    En BlackRock estamos ampliando nuestra capacidad de inversión mediante adquisiciones estratégicas que fortalecen nuestra plataforma global: la integración de Global Infrastructure Partners (GIP) nos posiciona como líderes a nivel mundial para canalizar capital privado hacia proyectos críticos; la adquisición de HPS Investment Partners refuerza nuestra oferta en crédito privado, facilitando soluciones más flexibles en un entorno donde los bancos tradicionales han reducido su actividad crediticia; y con Preqin, mejoramos nuestras capacidades tecnológicas y analíticas, lo que nos permite ofrecer mayor transparencia entre activos públicos y privados.
    Estas integraciones nos permiten construir portafolios más resilientes y diversificados, y democratizan el acceso a clases de activos históricamente restringidas, abriendo nuevas oportunidades para una base más amplia de inversionistas.

    “En el contexto actual de fragmentación geopolítica, consideramos que los mercados emergentes juegan un papel estratégico en la reconfiguración de las cadenas de suministro”.

     

     
    -¿Qué opinión tiene sobre la necesidad de repensar las carteras tradicionales en el escenario actual?
    -En el entorno actual, marcado por un nuevo régimen macroeconómico, es fundamental repensar el portafolio tradicional 60/40 —60% en renta variable y 40% en renta fija—. Las condiciones que antes ofrecían estabilidad y correlaciones negativas, como tasas de interés bajas y baja inflación, se han debilitado, transformando la forma en que entendemos el riesgo y el retorno.
    Hoy, ningún portafolio único resulta óptimo en todos los ciclos. Por ello, muchos inversionistas están adoptando estructuras más dinámicas, como el 50/30/20: 50% en acciones, 30% en bonos y 20% en activos privados como infraestructura, bienes raíces o crédito privado. Este enfoque más táctico permite capturar oportunidades en medio de la incertidumbre.
    En este marco, las inversiones alternativas no solo aportan rendimiento a largo plazo, sino que también diversifican y fortalecen la resiliencia del portafolio frente a distintos entornos de mercado.
     
    -¿Cómo influye la democratización de la inversión en el acceso a oportunidades para individuos y países emergentes?
    -La democratización de la inversión, o la ampliación del acceso a productos financieros que antes estaban reservados a grandes instituciones, es clave para construir un sistema más inclusivo y resiliente. Al facilitar que más personas, incluidos inversionistas en países emergentes, puedan participar en los beneficios del crecimiento económico global, se fomenta una mayor cultura de ahorro e inversión, se fortalece el bienestar financiero y se abren oportunidades antes inaccesibles.
    En regiones como América Latina, este proceso se ha traducido en un acceso creciente a instrumentos como ETFs y fondos mutuos, que ofrecen eficiencia, transparencia y diversificación. Para que esta tendencia continúe, es fundamental reducir barreras de entrada, impulsar la educación financiera y desarrollar plataformas tecnológicas que faciliten el acceso a los mercados de forma simple, segura y escalable.
     
    -En términos de geopolítica, ¿qué regiones o mercados emergentes considera más prometedores para los próximos años?
    -En el contexto actual de fragmentación geopolítica, consideramos que los mercados emergentes juegan un papel estratégico en la reconfiguración de las cadenas de suministro. En particular, vemos oportunidades prometedoras en países que combinan estabilidad macroeconómica, reformas estructurales y relevancia geográfica.
    Durante este año, países de América Latina han mostrado un buen desempeño a pesar de la volatilidad global, gracias a valoraciones iniciales atractivas y al interés por diversificar fuera de Estados Unidos. Además, tendencias como el envejecimiento poblacional en mercados desarrollados y la urbanización acelerada en países emergentes como los latinoamericanos están generando una demanda creciente por oportunidades de inversión.
     
    -¿Qué papel juega la inteligencia artificial en la gestión de inversiones y en la identificación de oportunidades en BlackRock?
    -En BlackRock, vemos que la inteligencia artificial no solo es una mega fuerza que está transformando la economía global, sino también una herramienta estratégica dentro de nuestros procesos de inversión.
    Llevamos varios años utilizando inteligencia artificial como una herramienta clave para impulsar resultados concretos. La aplicamos para generar alfa, mejorar la eficiencia en el ciclo de inversión y mitigar riesgos, aprovechando datos y modelos que fortalecen la toma de decisiones y contribuyen al crecimiento sostenible. Además, estamos transformando la experiencia del cliente mediante el uso de IA generativa, que nos permite ofrecer interacciones más relevantes, ágiles y personalizadas.
    Nuestra plataforma Aladdin es un ejemplo destacado: incorpora IA para modelar escenarios, optimizar exposiciones y construir portafolios más resilientes. Estas capacidades nos permiten tomar decisiones más informadas y alineadas con los objetivos de nuestros clientes en un entorno de mercado en constante evolución.

    -¿Qué consejos les daría a los estudiantes de economía y negocios que aspiran a trabajar en grandes firmas internacionales de inversión? 
    -Uno de los aprendizajes más valiosos en mi carrera ha sido encontrar el equilibrio entre el IQ y el EQ. El IQ, o coeficiente intelectual, representa nuestras habilidades analíticas y técnicas; el EQ, o inteligencia emocional, refleja nuestra capacidad para entender, gestionar y conectar con otras personas. En firmas globales, ese balance es clave: el conocimiento es necesario, pero la capacidad de generar consensos, influir y construir alianzas es lo que realmente permite avanzar.
    También es fundamental tener una visión de largo plazo y saber comunicarla con claridad y convicción. Las decisiones estratégicas requieren tanto análisis como liderazgo. Formar equipos sólidos, alinear esfuerzos y motivar a otros son competencias esenciales para crecer profesionalmente y generar impacto.
     
    -¿Qué valores o principios considera fundamentales para liderar y tomar decisiones en una empresa como BlackRock?
    -En una firma como BlackRock, liderar y tomar decisiones requiere combinar análisis riguroso con liderazgo inclusivo. Creo en tres principios clave:
    Decidir con datos y propósito: Las decisiones deben basarse en evidencia clara, alineadas con una visión estratégica.
    Escuchar para avanzar: Es esencial crear espacios donde todas las voces sean valoradas, pero también establecer mecanismos que permitan avanzar sin trabas.
    Liderar con integridad y visión colectiva: Inspirar, alinear y asumir responsabilidad compartida son pilares para construir confianza y generar impacto.





    Comentarios

    Sobre el (los) autor (es)



    Equipo Revista Mirada FEN