Jorge Welch: “Nunca hay mal entorno para emprender”
El presidente de Asech afirma que, si bien la coyuntura es especialmente desafiante, el emprendedor buscará las oportunidades dentro de las crisis. Aun así, fustiga la “permisología” como una piedra de tope para explotar el potencial del emprendimiento.

Al hablar de emprendimiento, muchas veces se termina haciendo referencia a las Pymes. ¿Cuál es la diferencia entre ambos conceptos? Jorge Welch, presidente de la Asociación de Emprendedores de Chile, Asech, opina que todos son parte de un mismo ecosistema. “Somos buenos para ponerle etiquetas a las cosas. Cuando hablamos de Pyme, uno siempre se imagina una empresa chica que anda al 3 y al 4, pero su definición está en un estatuto que dice que son las empresas que facturan hasta 100.000 UF. Por otra parte, el emprendedor es alguien que está partiendo. Alguien que, de una idea, llegó a un prototipo, partió con su negocio, se transformó en una Pyme, después empezó a crecer y se transformó en una empresa. En todas las etapas de ese viaje, probablemente necesite apoyos distintos, pero siempre apuntando a que el entorno le favorezca para ir creciendo. Yo diría que la diferencia es que el emprendedor está partiendo, tiene un nivel de riesgos diferente al que ya pasó esos riesgos y hoy ya tiene su empresita, quien tiene también tiene un riesgo distinto al que ya posee una empresa más grande”.
- ¿Cómo es hoy en día ser emprendedor, cómo están las condiciones?
- No es misterio para nadie que el entorno está complicado no solo por la inestabilidad económica, sino que también con temas políticos que no están resueltos. Estamos todavía con una guerra importante en Ucrania, que le está pegando a muchas otras variables. Pero nunca hay mal entorno para emprender, siempre el emprendedor tiene que ir buscando oportunidades dentro de las crisis. Las oportunidades siempre están, sobre todo hoy día que además estamos viviendo la cuarta revolución industrial, la inteligencia artificial, etcétera. Si bien el entorno está enredado, eso le da más fuerza a la creatividad.
Ahora, si lo llevamos al día a día, tenemos un montón de desafíos como país para poder transformar las ideas en empresas. Ahí tenemos temas que no están resueltos, desde la reforma tributaria o pacto fiscal y el rol que el Estado va a tomar. Hay todo un tema que es la permisología, como se le ha llamado, que, al final del día, es que te hagan la pega fácil. Es muy difícil tener una buena idea o un proyecto, incluso los fondos, y chocar con un muro cuando ves que el Estado te pide 3 veces el mismo papel, se demoran en ir a las visitas, etcétera. Si hay un tema que hay que dejar bien instalado, es que el Estado debe estar al servicio de las personas y eso no es una declaración o un titular bonito, se trata de que las cosas pasen, que, si quieres hacer algo, lo puedas hacer y no te topes con la burocracia.
- Por el contrario, ¿existen políticas públicas que destacaría?
- Hay muchas. Está “Empresa en un día”, que es un súper avance, pese a que una cosa es crear la empresa y otra es echarla a andar, son dos mundos distintos. Por otro lado, Corfo tiene un rol muy relevante en apoyar el emprendimiento en general, ha hecho una pega potente y ha ayudado a muchas empresas, en distintas etapas, a crecer y desarrollarse. Hay cosas buenas, pero el tema que frustra mucho es la burocracia estatal para poder emprender.
- ¿Cómo va la digitalización de todo el sistema emprendedor y de las Pymes?
- Eso es un desafío importante. Las Start-ups nacieron digitales, pero no hay que perder de vista que es un segmento del mundo Pyme, donde estamos hablando de más de un millón de empresas, y ahí hay mucho por hacer todavía. Si bien diría que la pandemia aceleró el futuro 5 años y muchas empresas se vieron obligadas a cambiar sus sistemas de pagos y la manera en que trabajan, todavía falta mucho. Hay brechas de capacitación, de entender que la digitalización es más que solamente tener una tienda en Instagram. Hay un desafío importante para las Pymes de seguir avanzando en ese camino; no estamos ni cerca de sentirnos tranquilos con que el ecosistema de Pymes está digitalizado
- ¿Cuál sería el impacto si hubiera una aceleración en ese sentido?
- Como Asech hemos participado en algunos diagnósticos grandes del estado de la digitalización, pero, sin duda, esto te pega en variables muy relevantes para la empresa, el poder crecer, pensar en exportar y generar eficiencias importantes. Por otra parte, hay un problema de capacidad instalada de los propios emprendedores o empresarios dueños de Pymes, porque hay que pensar que muchos de ellos no tienen necesariamente las competencias digitales, por lo que a veces toca partir desde mucho más atrás. De una generación hacia atrás, esto no le es natural, entonces, para poder crecer, probablemente necesite algún apoyo de terceros, ya sea mentores, Corfo, etc.
- Además del empleo, ¿qué destacaría de las Pymes en relación con su aporte a la economía del país?
- El empleo es la perilla más grande que mueven las Pymes, y siempre se dice “si aporto tanto al empleo, por qué aporto tan poco al PIB”. Esa es la esencia de todas las conversaciones, porque las Pymes aportan alrededor del 60% al 80% del empleo, dependiendo de cómo se mida, pero, en términos del PIB, es el 13%. Ahí es donde se generan las discusiones de si es justo o no, de cómo hacer crecer esa torta a un 20, 25 o 40%. Su otro aporte a la economía es que son una tremenda herramienta de movilidad social. La persona que tiene su pequeña empresa y que la hizo crecer, probablemente pudo darle a sus hijos y su familia un nivel de bienestar que, a lo mejor, él no tuvo. Siempre hay que pensar que detrás de cada Pyme hay una o muchas familias dependiendo de ella y, por lo tanto, es importante apoyarlas, porque es un tejido que mantiene las sociedades relativamente estables, es importante en la cohesión social.
- En general, ¿la Pyme se mantiene Pyme, o crece?
- Esa es otra buena historia… Yo diría que hay dos tipos: la que se mantiene Pyme, la persona que tiene su local y está contenta con eso y no quiere crecer más; y quien empezó con un local y luego abrió otro, y otro, y luego quiere franquiciar, poner una cadena, abrir en Argentina y Perú, en fin. Esas compañías, si bien partieron igual, tuvieron trayectorias diferentes. Endeavor publicó un estudio muy interesante que decía que las Scale-ups son las compañías que tiran del carro del empleo más que cualquier otro sector de la economía. Por eso decía que en la definición de Pyme tienes una paleta súper amplia. Es una discusión que creo que es súper importante hoy: si tomas los criterios de la OCDE sobre las empresas medianas, nosotros estamos cortos por mucho en la definición, y eso no es solo un tema estadístico. Por ejemplo, Corfo puede apoyarte hasta que tú dejas de ser Pyme, pero una empresa que vende 100.000 UF, que es el tope, aunque venda 110.000 UF, sigue siendo Pyme, no hay mucha diferencia.
Entonces, lo que se está hablando ahora es que, si tomas los criterios de la OCDE que no son solamente por ventas, sino que además por número de empleados, y lo aplicas a Chile, estás hablando de que una Pyme debiera llegar hasta 600.000 UF más o menos.
No es solamente una reclasificación, hay todo un tema de política pública respecto de que se pueda apoyar por un tiempo más largo a ese tipo de empresa, que siguen siendo empresas medianas con cualquier vara que se midan. Hoy, el eslabón entre empresa grande y Pyme es un peldaño demasiado grande.
- ¿Cuáles son las amenazas más importantes para las Pymes?
- El tema que es importante y la preocupación número 1 es el financiamiento. Mientras el sistema de financiamiento esté estructurado como ahora, vamos a seguir teniendo recurrentemente este problema. Si bien hay muchos bancos que dicen que apoyan a las Pymes, al final el proceso de evaluación de riesgo es bastante similar, salvo BancoEstado, que tiene una vocación distinta. Los demás hacen esfuerzos, pero se deben a su misión de rentabilizar. Ojalá se haga competir a las Fintech y otras entidades que entren en este mercado, y que las AFP pudieran invertir en fondos existentes con proyectos muy interesantes con los que se podría financiar a un montón de Pymes. No se trata de andar regalando la plata, sino de estructurar algo donde los fondos de pensiones pudieran invertir en empresas medianas.