¿Cómo financiar a las empresas en esta crisis?

“Financiamiento de empresa en tiempos de Covid” se tituló el webinar que realizó la FEN de la Universidad de Chile y que tuvo como moderador al decano José De Gregorio, y como panelistas a Soledad Ovando, directora ejecutiva de Asech (al momento del evento) y ex gerente general de BancoEstado Microempresas; y Segismundo Schulin-Zeuthen, presidente del Banco Internacional y ex presidente de la Abif.

mayo, junio, julio 2020

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  • “Financiamiento de empresa en tiempos de Covid” se tituló el webinar que realizó la FEN de la Universidad de Chile y que tuvo como moderador al decano José De Gregorio, y como panelistas a Soledad Ovando, directora ejecutiva de Asech (al momento del evento) y ex gerente general de BancoEstado Microempresas; y Segismundo Schulin-Zeuthen, presidente del Banco Internacional y ex presidente de la Abif.

    Apoyo a las pymes
    Desde su rol en la Asociación de Emprendedores de Chile y con la experiencia de trabajar desde hace años con las micro, pequeñas y medianas empresas, Soledad Ovando entregó su mirada de la situación que vive actualmente este segmento, muy golpeado por la crisis social y luego la crisis sanitaria.

    En primer término apuntó que Chile es un país de “pymes y emprendedores”, donde el 98,6% de las empresas pertenece a esta categoría, aunque son responsables del 13,6% de las ventas, y el 48% del empleo.

    “Desde hace más de 20 años que venimos tratando de resolver el problema de acceso al financiamiento que tienen las micro y pequeñas empresas”, afirmó, problema que tiene su base en 3 principales causas.

    Por un lado, la falta de información que tienen las micro, pequeñas y medianas empresas, que no cuentan con balances auditados, lo que es un desafío para la industria financiera tradicional en términos de entender cuál es el movimiento y la actividad comercial de esos negocios.

    En segundo lugar, la inexistencia histórica de garantías y, por último, las dificultades de gestión que tienen muchas pymes, con un fundador o fundadora dueño que normalmente hace todo y no es experto en temas financieros.

    La ejecutiva reconoció que ha habido avances en los últimos 25 años, destacando la creación de BancoEstado Microempresas, que ha permitido a muchas micro y pequeñas empresas entrar al sistema financiero tradicional, además del los cambios que se hicieron a fines de los 90 en el FOGAPE (Fondo de Garantía para Pequeños Empresarios) y otros fondos de garantía por parte del Estado a través de la Corfo. “El Estado ha cumplido un rol súper relevante en los últimos 25 años para cerrar esta falla del mercado que es el acceso al financiamiento. Además, en el último tiempo hemos visto cómo se ha reforzado, todavía en forma incipiente pero con una expectativa muy interesante de lo que pueden hacer de aquí en adelante, las nuevas entidades que, a propósito de la transformación digital, han estado de a poco en Chile cambiando la lógica del negocio financiero, como son las fintech”.

    Pese a estos avances, las dificultades de acceso a financiamiento persistían antes de la pandemia, cuando diversos estudios mostraban que entre el 30% y 40% de las empresas más pequeñas (cerca de 700 mil) había podido acceder a financiamiento en el sistema financiero tradicional.

    En el caso de la pequeña y mediana empresa, que tienen más acceso porque son clientes de más de un banco, el problema se refiere a la calidad de ese acceso, expresada en variables: precio, con tasas de interés que bordean el 20% anual en muchos casos, señaló Ovando; dificultad para obtener financiamiento de largo plazo para proyectos de inversión; y tramitación que se hace compleja y lenta para los pequeños empresarios, debido a que debe hacerse un mayor análisis.

    “La irrupción de esta pandemia, que entendemos que es una crisis mundial, al mundo de la pyme lo pilló muy mal parado porque ya venía con una situación compleja desde el estallido social”, expresó la ejecutiva.

    A su juicio, las medidas que se han tomado van en la dirección correcta, como la implementación de la capitalización del FOGAPE para otorgar créditos “a una tasa nunca antes vista para las pymes”, destacó, manifestando no obstante preocupación por que estas medidas tengan la rapidez y alcance que se requiere, porque “estamos viendo que hay buenas empresas chicas que ya están cerrando, despidiendo trabajadores y dejando de funcionar”.

    Ovando expresó sin embargo que probablemente esta medida no será suficiente para apoyar a todas las pymes que lo requieran, “y particularmente creo que se requieren medidas que también impulsen la entrada de otros actores como, por ejemplo, las empresas de factoring, las cooperativas, cajas de compensación y fintech, que puedan colaborar y complementar la acción que pueden hacer los bancos, sobre todo en relación con aquellas buenas empresas a las que a los bancos, por su estructura, normativa y sistema, les va a costar mucho más llegar”.

    De pandemia a crisis financiera
    Segismundo Schulin-Zeuthen, presidente del Banco Internacional, advirtió que “si no actuamos a tiempo, esta crisis del sector real puede derivar en una crisis financiera, cuyas consecuencias son mucho peores que las que estamos previendo por esta pandemia”.

    Recordando la crisis de los ‘80, afirmó que la situación de las empresas se deterioró enormemente por la demora con que se actuó. “Los interventores durante el primer periodo cerraron totalmente las posibilidades de financiamiento, por lo cual empresas que eran viables se transformaron en inviables, agudizando la crisis financiera y de las empresas”.

    La crisis de 2009 y 2010 fue diferente, porque el entonces ministro de Hacienda Andrés Velasco tomó una medida que, en el fondo, hizo que BancoEstado comience a prestarle a las grandes empresas. “La capilaridad que esto significa y su enorme efecto multiplicador a través de los proveedores de las empresas y los proveedores de los proveedores, hizo que, con esa crisis, el riesgo de la banca no aumentara tan significativamente”. Por consiguiente, dijo, el mensaje es que hay que actuar rápido. “Algo que no se ha dicho es que las grandes empresas son las ue proveen de mayores recursos al Estado para poder financiar todos los programas que hoy van en ayuda de las personas y empresas, reflejado en el impuesto a la renta que pagan, el IVA, el impuesto territorial, los impuestos que pagan sus trabajadores y ejecutivos y, a su vez, en toda la cadena de proveedores”. 

    Respecto de fórmulas para financiar a estas grandes empresas, expresó que no es un tema fácil, para el que hay distintas alternativas, con distintas dificultades.

    La mejor alternativa, a su juicio, es de tipo público privada, referida a la emisión de bonos convertibles, emitidos por empresas viables y que tengan una potencial demanda de todos los actores del mercado, ya sean AFP, compañías de seguro, bancos o fondos. El Estado en este caso no compromete financiamiento en el corto y mediano plazo -se podrían emitir bonos de este tipo a 5 años-, y durante ese tiempo el Estado no tiene que hacer ningún desembolso, en tanto se dan los incentivos para que la empresa pueda ir recomprando durante ese período los bonos y, si al final quedara un saldo, se transforma en acciones preferentes con las que se queda el Estado, donde es clave que el precio de conversión sea atractivo para el Estado. “Creo que puede ser una fórmula, tiene muchos detalles pero en definitiva no compromete recursos fiscales hoy sino a 5 años y, en el intertanto, las empresas y sus dueños van a hacer los mejores esfuerzos para rescatar estos fondos. Es una idea que vale la pena y que hay que ir explorando ya”, advirtió.





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